El estudio de 2018: La situación demográfica en España Efectos y consecuencias ,elaborado por el Defensor Del Pueblo, nos habla de que el incremento del envejecimiento en España determina que: - los individuos, deben contemplar a lo largo de su vida los problemas que pueden planteárseles cuando les llegue la vejez; - las empresas han de gestionar aquellos aspectos de su organización que permitan mejorar la actividad de los trabajadores de edad; - los poderes públicos tienen que enfrentar los cambios que el envejecimiento provocará en las políticas públicas destinadas al colectivo de personas mayores en materia de sanidad, protección social, pensiones, dependencia, residencias, entre otros; - la sociedad en su conjunto y las distintas administraciones públicas de manera coordinada han de abordar ya una situación que afecta cada vez a más ancianos y que de momento tiene poca visibilidad social, la soledad no deseada. El estudio comenta soluciones planteadas por otros países europeos al desequilibrio de las pensiones, así como para frenar la despoblación. Deberán estar dotadas con el suficiente grado de equidad y solidaridad intergeneracional, para que no pongan en riesgo ni a las presentes generaciones, ni a las futuras.

La confianza y la seguridad jurídica son pilares para un progreso sostenido. Las personas para plantearse un proyecto de vida que contemple tener hijos, necesitan estabilidad y tener una razonable certidumbre de qué esperar en un futuro más allá del corto plazo. Eso significa una legislación y un sistema judicial que garantizando la aplicación de unas reglas de juego claras y ciertas faciliten: un mercado inmobiliario amplio diverso y competitivo en calidad y precios y un mercado laboral en el que los contratos indefinidos no sean la excepción y el fantasma del paro no equivalga a caer en un pozo sin fondo del que no se sale. Otro aspecto es el tejido social, en las últimas generaciones, los apoyos y relaciones entre familiares se han ido reduciendo desde la familia extensa a la nuclear estricta, y el vértigo de la enfermedad o el desempleo no se vive igual si tu círculo se reduce a unas pocas personas que si tienes contigo a decenas de parientes y amigos que te echan una mano en tiempos de infortunio. Por tanto, todo lo que sea articular un reforzamiento del entramado social y fomente la solidaridad entre ciudadanos, contribuye a generar las condiciones favorables a la natalidad. Las ayudas económicas, aun siendo bienvenidas, la realidad actual, en un país tan endeudado como el nuestro, aun queriendo, no creo que estemos en condiciones de ponerlas como punta de lanza de una solución a este problema. Por último, las condiciones del entorno en el que vivimos: ahora, como hemos visto en el confinamiento, disponer lo imprescindible en los pequeños municipios para hacer factible la vida, y una vida que merezca la pena -con asistencia sanitaria , enseñanza, gestiones, conectividad, ocio...- puede permitir que las poblaciones crezcan. Ahí si que son posibles políticas agresivas de discriminación positiva que combatan ese contraste tan brutal entre las grandes ciudades y los pueblos en riesgo de desaparición, la "España vaciada".

Es un tema preocupante por el desequilibrio económico-social que origina una pirámide poblacional que se invierte. Las soluciones puede pasar por un conjunto de políticas que permitan a las familias tener hijos con un horizonte de cierta tranqulidad, como digo pueden ser varias acciones: - Facilitar ayudas para que la madre o el padre de la criatura pueda estar más tiempo en su período más temprano, esto pasaría por ampliar los plazos de los permisos de paternidad, de modo que cuando se dejen en el centro de educación infantil tengan al menos un año/año y medio. - Ayudas económicas a las familias que lo necesiten, estudiando el umbral de renta adecuado, para que en caso de que no puedan estar en centros públicos hasta los tres años, sea gratuita la estancia en ese centro. - Rebajar presión fiscal a las familias con hijos. - Ayudas económicas en los primeros años de vida, para material escolar, libros,... - Aumentar las becas y ayudas al estudio para facilitar su acceso a la universidad. - Buscar fórmulas de compensación al empresario para que puedan poner en marcha centros de educación infantil en el centro de trabajo, en grandes empresas y centros de trabajo donde exista un nivel de posibles usuarios que pueda permitir esta fórmula que se puede alternar en caso de no ser posible con los centros de barrio. Nadie tiene hijos porque te vayan a ayudar más o menos, pero lo cierto es que en esta sociedad competitiva y exigente, todas las familias quieren el mayor desarrollo para sus hijos/as por lo que la tendencia es la de menos hijos, lo que nos lleva a otro problema a resolver, el desarrollo profesional está elevando la edad media de tener hijos, lo que hace urgente adoptar medidas en esta cohorte de edad, facilitando a las parejas jóvenes acceso a la vivienda, ayudas económicas y de infraestructuras como las mencionadas anteriormente, que sin duda no van a ser las causantes del aumento de la natalidad pero si pueden ayudar a eliminar barreras que si están convirtiendo esto en un verdadero problema para muchos países que deben recurrir a otras fórmulas para mantener su fuerza de trabajo.

Curisosa ecuación, como aumentar (o mantener), las necesidades sociales de las personas mayores, y mejorar las políticas de natalidad del país, sin subir los impuestos (me refiero a la presión fiscal media), y sin cambiar las leyes laborales, y teniendo una tasa de desempleo joven más alta de Europa, y unos salarios bajos, que provoca que una parte de esa fuerza laboral (y reproductiva) emigre a otros paises. Siendo el cuerpo electoral más numeroso y activo el de personas mayores y donde los discursos van enfocados en atraer su voto.