Pienso que el escenario de oportunidades abierto en las zonas rurales no sería sólo una consecuencia repentina tras el covid 19, mas bien la pandemia ha venido a acelerar una tendencia que lentamente se ha ido instalando en el ideario socioeconómico global y que cambia los parámetros en cuanto al significado de estilo de vida “ideal”. Una tendencia que modifica muchos de los valores relacionados con la calidad de vida y que pone de relieve muchas grietas en el modelo actual de ciudad. Las zonas rurales presentan problemas de despoblación, envejecimiento, falta de infraestructuras, deslocalización productiva…; pero, por otro lado, también las ciudades tienen la necesidad de buscar hábitos de vida más saludables, huir de las aglomeraciones y reducir el alto nivel de renta necesario para vivir en ellas. En definitiva, necesitan un estilo de vida más sostenible y resiliente. Ambos escenarios se complementan, se podría decir que lo rural necesita de lo urbano y viceversa. Las soluciones a las necesidades de ambos mundos supondrían excelentes coyunturas, especialmente para el ámbito rural, y los elementos clave serían la tecnología, la digitalización y el trabajo en remoto. Apostar seriamente por el teletrabajo supone una oportunidad excelente para anclar en las zonas rurales un sinfín de perfiles profesionales que podrían propiciar nuevos negocios no sólo relacionados con el sector primario. Ahora mucha gente vive en la ciudad y tiene una segunda residencia en el pueblo; la posibilidad de poder trabajar desde cualquier parte podría transformar esta realidad, creándose un nuevo ecosistema mixto entre lo rural y lo urbano, con una población oscilante que vive en el pueblo y que tiene una segunda residencia en la ciudad. Las oportunidades para emprender y cubrir necesidades en este nuevo modelo podrían ser enormes.

José Antonio, estoy de acuerdo que el pueblo no se debe convertir en ciudades dormitorio, pero si que hay que tener en cuenta que se estamos inmersos en un cambio y que tras el Covid muchas familias y empresas ven una oportunidad en la zona rural para empezar una nueva vida. Por ello las personas que vivimos en los pueblos tenemos que ver estos cambios migratorios como un revulsivo social y económico que beneficia al entorno rural.

Comienzo esta opinión por cuestionar el título "de la ciudad al pueblo", porque de él y de alguna frase del texto introductorio como lo de alivio a la presión demográfica de las áreas urbanas, pareciera que las soluciones a los pueblos les van a venir del intento por reducir la acuciante insostenibilidad de nuestras grandes ciudades. Yo soy de pueblo y lo primero que quiero es que mis paisanos de pueblo se queden a vivir en sus pueblos, y esto, antes de hablar de actividad económica, debemos hablar de factores culturales como primer anclaje que afrezca un discurso alternativo y rural al monodiscurso de la ciudad. Cuando un niño se cría en un pueblo y va forjando su personalidad, participa activamente en la vida del pueblo, se vincula cultural y emocionalmente al mismo, hará lo imposible por seguir viviendo allí. Cuando el nexo afectivo-cultural no existe, nos encontramos con jóvenes que se van de su pueblo diciendo la frase de "en mi pueblo no hay ná" para aceptar trabajos precarios en la ciudad, que son mucho menos que ná. Hoy tenemos miles de pueblos donde tenemos buenas comunicaciones, fibra óptica que permite todo tipo de proyectos relacionados con internet, tenemos multitud de eventos culturales, deportivos, festivos, tenemos una cercanía a la tierra para ser autosuficientes, etc....Por tanto, no cabe ya la frase de "en mi pueblo no hay ná". El siguiente paso es organizarse, desde abajo, bienvenido el que quiera realmente vivir en un pueblo, poner en valor la vida rural, pero no como una postal estática para el turismo rural, sino la vida que puede ser mucho más soberana, más pausada, con un consumismo aunque sea no compulsivo (desgraciadamente los males del sistema también llegan al pueblo), con la posibilidad de tener lo bueno de la ciudad, que está cerca y lo bueno de vivir en el pueblo.

Tras la crisis social y económica que estamos viviendo causada por la Pandemia del COVID-19, llegan las oportunidades en el mundo rural, cada vez más influyente en las estrategias políticas de los países desarrollados. Un mundo rural lleno de oportunidades y que debemos aprovechar para reactivar nuevos nichos de mercado o reactivar aquellas actividades que en su día quedaron en deshuso por el despoblamiento. Considero que el papel de los jóvenes y el de las mujeres son claves para liderar el cambio y afianzar el emprendimiento en las zonas rurales. Esta mañana leí una nota de prensa dónde la Ministra Hita apela a que las mujeres rurales estén en el centro de la transformación hacia la economía verde y digital. " El futuro de nuestros pueblos depende de la permanecía de las mujeres en nuestro medio rural" https://actualidadriojabaja.com/hita-apela-a-que-las-mujeres-rurales-esten-en-el-centro-de-la-transformacion-hacia-la-economia-verde-y-digital/

Quisiera comenzar resaltanto la importancia de abrir un debate profundo sobre los cambios en la estrategia seguida hasta el momento en cuanto al Reto Demográfico y la realidad "no Urbana" se refiere. En este sentido, me gustaría aportar varias cositas; Primero, de poco sirve querer comercializar un producto (digase el atractivo de las zonas "no urbanas") si existe aún en la mente social el binomio "rural =ciudadano/a de segunda, etc....). Es necesario una estrategia de marketing y publicidad (a modo de la que ha realizado Correos) pero con una optica institucional realzando los valores y las ventajas de un entorno no urbano. Segundo, acometer una reformulación del marco normativo, aprovechando la democratización del conocimiento y la, cada vezmayor, existencia de ciertos colectivos implicados en los territorios para diseñar "desde abajo" implicando en el modelo a la población más activa Tercero, crear programas piloto de "recolonización" mediante una estrategia integrada y transversal, desde lo fiscal a lo sanitario reformulando el modelo de división territorial actual. Para ello, aplicar conceptos de economía clasica (economía de escala más allá de los localismos) hacen más eficientes las estructuras administrativas y dejan más recursos disponibles para otros menesteres. Cuarto, dicotomía en los incentivos; por un lado, directos y previos al inicio de la actividad; por otro lado, bonificaciones durante la actividad. En este punto incluiría la figura de "mentores" para impulsar la toma de decisiones la formación empresarial como algo crucial. Quinto y no menos importante; la perspectiva de género. La fijación de la población en general es importante, pero especialmente importante es la femenina. Estrategias imaginátivas entorno a los nuevos yacimientos de empleo verde, Economía Circular, actividades de bajo impacto, etc... Sexto; potenciar e impulsar figuras como "Cooperativas de Servicios Públicos" en las que las corporaciones municipales pueden ser el motor del cambio de forma activa y directa, además de optimizar costes en la prestación obligatoria de Servicios Públicos En fin, quizas no sea "el momento del medio no urbano" o quizás lo no urbano no disponga del poder suficiente como para influir en la cadena de toma de decisiones capaces de cambiar su realidad. Una realidad que viaja a otra velocidad pero que compite en una "aldea global", con lo que juega en clara desventaja. Proyectos como el iniciado en esta casa, mediante un acuerdo tripartito entre el Ayto de Guaro, la UMA y AEFPA para buscar el retorno y la "recolonización" de las zonas rurales, a modo de "Erasmus Rural" con un programa formativo e informativo de lo que implica participar de una comunidad de 2 o 3.000 habitantes. Gracias por la oportunidad. Espero que sea de provecho. Un salu2 https://www.directoalpaladar.com/actualidad-1/como-vivir-campo-hay-desconexion-total-leyes-realidad-pequenos-productores-que-hace-que-esten-peligro-extincion?utm_source=whatsapp&utm_medium=social&utm_campaign=botoneramobile&fbclid=IwAR0qTn08Nn7VZJIScs4KkDdKiPcWLb8YzylFnBaNuQ7iJMyhQThx0A6amk8

Acabo de leer un artículo muy interesante en el que comentan que el confinamiento ha hecho que el teletrabajo se instale y cambie la forma de entender el mundo laboral y valorar más la importancia de los pueblos en la salud y vida natural, así como su actividad agrícola y ganadera que son clave. Para Luis Alamán, esta crisis puede ser una oportunidad para el medio rural, pero “siempre que se desarrollen las políticas adecuadas”, ya que habrá más demanda de bienes y servicios relacionados con el cuidado de la salud y la calidad de vida, por lo que también tendrá que crecer la oferta y esto se traduce en más emprendedores que van a necesitar información y asesoramiento empresarial, búsqueda de financiación, etc. Asimismo, Carmen Quintanilla conviene en la necesidad de fomentar el empleo en la agricultura, la ganadería y en la industria agroalimentaria y demanda más acceso de las mujeres rurales a distintos sectores de la actividad económica, social y cultural. El enlace al artículo es: https://byzness.elperiodico.com/es/emprendedores/20200522/pueblo-coronavirus-como-oportunidad-para-emprender-medio-rural-7971696